Eran las 3.00 AM y ambos jóvenes, acostados sobre el pasto en el patio de la casa de Andrés, mirando el cielo y sintiendo los efectos de las drogas y alcohol sentían cada brisa, cada hoja del pasto que tocaba sus cuerpos, cada acorde de la música que sonaba. Emilia con los ojos cerrados reía, pero de vez en cuando se le aparecían imágenes de su madre lo que le sacaban algunas lágrimas.
- ¿-Tú crees que todo esto pasará, tú crees que nos iremos de aquí?- le preguntaba Emilia.
- S-Solo debemos esperar… - respondió Andrés.
Ambos aún recostados en el suelo, sentían como el cuerpo se les elevaba, la música sonaba cada vez más fuerte y cada vez mas distorsionada. Emilia veía en el cielo que las estrellas se juntaban formando un jardín de tulipanes, muchas imágenes de su infancia y de adolescencia le venían a la mente, su corazón latía cada vez mas fuerte y sentía que estaba inmóvil. Extrañamente esa sensación la asustaba pero le gustaba, no quería salir de ese cuadro delirante en donde se encontraba.
En un momento, Emilia sintió que todo su alrededor de quietaba y solo escuchaba una melodía lejana, sentía el olor a flores, y en sus oídos la voz de Andrés quien decía: Londres, lo recuerdas Emilia, lo recuerdas?. En este instante fue cuando el corazón de Emilia dejó de palpitar mientras su mano apretaba fuertemente la de Andrés.
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